Tanto pasajeros como tripulaciones de aeronaves pueden verse afectados por una exposición a flujo de partículas.

Dicho flujo de partículas puede tener su origen tanto en el Sol (SEP), como en fuentes externas al Sistema Solar siendo originadas por los rayos cósmicos galácticos (GCR)

Los rayos cósmicos al interactuar con la atmósfera desencadenan una cascada de partículas energéticas. Los rayos cósmicos suelen presentar su máximo entorno al mínimo de actividad magnética solar.

Por otro lado los episodios de SEP, tienen su origen en el Sol. Están constituidos principalmente por protones y suelen darse con más frecuencia en los periodos de más actividad solar. En el caso de los SEP, la magnetosfera constituye una barrera para las partículas energéticas, pero estas pueden seguir las líneas de campo magnético y entrar a la alta atmósfera por los polos geomagnéticos ionizando la ionosfera e incrementando la radiación a las altitudes operadas por la aviación.

Durante las tormentas geomagnéticas, la magnetosfera terrestre puede verse muy afectada, haciendo que ésta no sea tan efectiva bloqueando el flujo de partículas energéticas, pudiendo estas alcanzar latitudes más bajas.